De teatro, afición recién descubierta (Marc)

Aquel no era mi mejor día.
Había discutido por teléfono con la única amiga que me quedaba en Islandia y me sentía completamente sóla, más aún de lo que estaba. Y lo que era peor: me sentía completamente culpable y no tenía la culpa de absolutamente nada.
En fin... Había decicido salir y despejarme un rato, y, a lo tonto-a lo tonto, había llegado al teatro de Los Ángeles.
Al principio no había tenido interés por lo que echaban, pero vi un cartel que ponía "Proyección de películas de terror de los 80-90", a las 17:10horas. Miré el reloj: Las 16:57. Era mi día de suerte, me entraron ganas de entrar, y, qué demonios, lo hice.
Lo que no me había dado cuenta, era que aquel cartel indicaba un evento que había habido hace dos días y, al abrir la puerta del teatro y al asomarme curiosa, me había topado con una especia de exhibición, ¿o aquello era un casting, vete tú a saber...?
No sabía si tenía la entrada autorizada, pero entré en silencio, curiosa.

Me pasé una mano por el pelo de nuevo mientras la fila se iba haciendo más y más corta. Miraba al techo del teatro con las manos detrás de la cabeza e intentando parecer aburrido aunque por dentro me moría de los nervios.
Llevaba allí desde por la mañana aunque hubiera salido desde la noche pasada para estar allí y no ser uno de los últimos. A parte, de que no había dormido nada.
Se levantó de un salto del sofá en el que había estado sentado todo el tiempo y comencé a caminar con otros cuatro tios delante mio.
El típico cartelito de los concursos de la televisión se quedó colgando de la camiseta que llevaba con un misero imperdible y asentí con la cabeza agradeciendo los consejos y colocandome delante de la mesa del jurado.
Ibamos de uno en uno, asique tuve que quedarme parado, aunque por lo menos era el segundo y no tendría que esperar mucho. Miré al primero que bailaba hasta que alcé la cabeza para ver un cabello moreno. Abrí la boca en forma de o.

Me sentí algo confusa al entrar y encontrarme con una especie de audición. Me acerqué curiosa, lentamente. Había más gente viendo a parte del jurado, serían cazatalentos, seguro. Parecía un casting de baile... Estuve ojeando sin que nadie se diese cuenta. Pensaba irme, pero vi a alguien conocido... Demasiado conocido. Aquel era Marc.
Vi que me miraba boquiabierto. Mi rostro, sin embargo, era ceñudo. ¿Qué hacía él allí?
El otro día le habían llamado para un casting, pero pensaba que era algún tipo de casting de interpretación... Aunque eso era lo de menos, me fastidió que no me avisara cuándo, ni de qué... Sabiendo que yo iba a estar a su lado para apoyarlo.

Repitieron mi número y yo no me dí cuenta hasta que uno de los que tenía al lado me golpeó con el hombro en la espalda, exasperado. Puse los ojos en blanco y salí en medio de la pista, bailando lo que tenía preparado, aunque no demasiado concentrado en ello.
Cuando terminé escuché lejanamente el, te llamaremos y me dí la vuelta para bajar por las escaleras del escenario, cogiendo la bolsa de deporte que traía y caminando hasta los asientos buscando a Mayre, alzando la cabeza.

Me quedé quieta viendo el número de Marc. Desde lo más fondo, aunque estuviera resentida, le deseaba lo mejor, que lo hiciera bien, y a pesar de que se le notara perdido, le había salido muy bien.
Vi cómo se acercaba a mí y me quedé quieta, mirándolo con un rostro muy neutro y normal.
Cuando estuvo frente a mí sólo dije:
-Lo has hecho bastante bien -admití, frunciendo los labios y mirando al suelo.

Dejé la bolsa en el suelo y agaché la vista cruzandome de brazos mientras sonreí cabeceaba pensando en el tono en el que habían dicho, te llamaremos.
- Si, bueno...que pena que no seas un cazatalentos.- bromeé mirandola, aunque no pude evitar que mi rostro se ensombreciera mientras me rascaba la nuca.- Bueno...- murmuré, apretando los dientes.

Me quedé callada, frunciendo los labios y mirando al suelo, concentrándome en un punto fijo de su bolsa.
-¿Por qué no me dijiste nada?

Solté el aire en un suspiro y me encogí de hombros.
- Tengo la manía de mantener oculta esa faceta mia a las personas.- respondí cansinamente, después de todo a pesar de que era bueno y me gustaba, siempre el rollo baile me había dejado mal delante de todos. ¿Cómo querían que no lo ocultara?

Bufé sonriendo de medio lado con fastidio, mirándolo a la cara.
-¿Te averguenzas de tí mismo? ¿De lo que te gusta hacer? -negué con la cabeza, cruzándome de brazos-. Pues, para tu información, al guardar ese secreto perjudicas a los de tu alrededor.
Suspiré, aunque, bueno, no podía pedirle más que eso, al fin y al cabo, era una desconocida, no debía contarme nada... Puse mejor mi bolso y me giré para irme.

La miré en silencio, con los labios fruncidos y los brazso cruzados sobre el pecho. No pude responder a las dos preguntas porque me sentía miserable. Yo siempre lo había visto como una defensa propia.
La cogí del brazo antes de que se marchara, mirandola con preocupación.
- No, espera May. Yo, yo, no quiero perjudicarte...es lo último que quiero.- agaché la cabeza y sacudí la cabeza.- Lo siento.

Tragué saliva, quedándome aún mirando al frente, relamiéndome los labios, nerviosa. Suspiré y miré a Marc de reojo, por encima de mi hombro.
-Si tan importante es para ti bailar, yo lo aceptaría -dije, sinceramente.

La miré, sonreí y la solté del brazo. Me encogí de hombros, mirando al suelo.
- Lo acepto...si no, no me presentaría a esto, sin resultados por cierto.- bromeé riendome entre dientes.- Es solo que...- tomé aire y negué con la cabeza mientras me daba la vuelta para coger la bolsa y colgarmela al hombro.- Da igual...pero, ¿qué haces aquí?- le pregunté cruzandome de brazos y enarcando una ceja.

Encogí los hombros de una manera exagerada, mirando a Marc con una mueca.
-Casualidades de la vida, supongo.

Miré su mueca frunciendo el ceño y sacudí la cabeza, alzando las palmas de las manos a mis lados.
- Mayre, en serio.- suspiré y me acerqué a ella un paso ignorando la bolsa que había dejado detrás.- Lo siento, mucho. Yo...yo no te lo conté porque, no quería que tú pensaras mal o algo por el estilo.- hice una mueca poniendo los ojos en blanco.

Me relamí los labios, pensativa y miré a Marc, acercándome, como él había hecho anteriormente, un paso hacia él, hasta quedar a medio metro sólo y poner mis manos en sus mejillas para besarlo, cerrando los ojos y, apartándome algo avergonzada, mordiéndome el labio inferior por el costado.
-Yo no haría eso.